SOBRE LA UTILIZACIÓN DE EMBRIONES
HUMANOS EN LA INVESTIGACIÓN
Subcomisión Episcopal para la Familia de
la
CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA
1. Nuevos avances de la biomedicina
En los últimos años la medicina y la
biología han experimentado una verdadera revolución que ha ido cambiando, de un
modo espectacular, tanto aspectos conceptuales básicos como el enfoque de las
enfermedades y sus distintas opciones terapéuticas. La denominada medicina
reparadora, basada principalmente en la utilización de las denominadas células
madre, con la intención de regenerar tejidos y de este modo curar o tratar
enfermos, está despertando el máximo interés.
Algunos procesos patológicos (como el
daño miocárdico postinfarto, la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson, la
diabetes tipo 1, etc.), son ocasionados por la degeneración, disfunción o muerte
de determinados tipos de células. La medicina se propone regenerar estas células
practicando microtrasplantes de células que, de un modo similar al transplante
de un órgano entero, podrían suplantar la función de las células alteradas. La
mayor dificultad es la obtención de los tipos celulares deseados. Es aquí donde
la investigación considera las posibilidades que ofrecen las células madre. Este
es, también, el punto que plantea mayores discusiones entre científicos y
mayores problemas de carácter ético.
2. Diversos tipos de células madre
Las células madre son células
indiferenciadas a partir de las cuales se pueden obtener células de distintos
tejidos. Se caracterizan por la posibilidad de poder ser cultivadas
indefinidamente en un medio experimental. Se pueden clasificar por su origen y
por su diferenciación. Por su origen, pueden ser embrionarias o de tejidos
adultos. Por su diferenciación, pueden ser totipotentes (pueden dar lugar a un
individuo completo de su especie), pluripotentes (pueden dar lugar a células de
todo tipo de tejidos), multipotentes (pueden dar lugar a células de diversos
tejidos) y unipotentes (sólo dan lugar a células de un solo tejido).
Las células madre embrionarias se logran
extrayéndolas de los embriones humanos, de los producidos directamente para
obtenerlas o de los producidos por las técnicas de fecundación in vitro,
congelados o no. Su implante permitiría que a partir de ellas se formaran
células específicas del tejido que se pretende regenerar. Como vemos, ello
supone manipulación, utilización y destrucción de embriones humanos.
En los últimos años, acreditadas
investigaciones han puesto de manifiesto que no sólo se encuentran células madre
multipotentes en los embriones, sino que también las hay en diversos tejidos
adultos (en la médula ósea, en el tejido hepático, en el tejido adiposo, etc).
Estas células madre multipotenciales, procedentes de organismos adultos, ofrecen
similares posibilidades de investigación y de aplicación terapéutica a las
embrionarias, sin las graves implicaciones éticas que conlleva el uso de
embriones humanos.
3. Campañas de opinión confusas
En el momento actual, en España, un
sector de la industria biotecnológica y diversos grupos de opinión están
promoviendo una campaña de opinión a favor de la clonación denominada
terapéutica y la derogación de las trabas legales para investigar con células
madre de embriones humanos "sobrantes" de la fecundación artificial. Se está
confundiendo a la opinión pública, creando falsas expectativas, y se está
jugando con los sentimientos y necesidades de los enfermos.
Los que esto hacen están, sin duda,
condicionados por fuertes intereses ideológicos y aun económicos, como ha sido
denunciado por muchas voces autorizadas: "La decisión de algunos países de usar
embriones humanos o incluso producirlos para propósitos terapéuticos tiene el
respaldo de grandes inversionistas. Mientras tanto, programas éticamente
aceptables y científicamente válidos que usan células madres de adultos para
algunas terapias, con no menor éxito, atrae poco apoyo porque implica menos
ganancia" .
4. Respeto incondicionado a todo
embrión humano
A la luz de los conocimientos biológicos
actuales, el embrión humano es, a partir de la fusión de los gametos, un
individuo humano con una identidad bien definida por un código genético propio y
exclusivo, el cual comienza desde ese momento su propio desarrollo coordinado,
continuo y gradual, de tal modo que en ningún momento puede ser considerado como
una simple masa de células.
"La Iglesia
siempre ha enseñado y sigue enseñando, que al fruto de la generación humana,
desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto
incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad
corporal y espiritual: El ser humano debe ser respetado y tratado como persona
desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se
le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho
inviolable de todo ser humano inocente a la vida" .
El embrión humano merece la misma
protección, sea viable o inviable para su transferencia al útero, mientras esté
vivo. Distinguir entre embriones viables y no viables a efectos de darles un
tratamiento jurídico diferenciado, sería contrario a la protección que el
embrión merece en cuanto ser humano.
5. Progreso científico y ética, al
servicio de la dignidad humana
Es clara la conclusión: por muy noble
que sea el fin perseguido, es inaceptable moralmente la producción, manipulación
y destrucción de embriones humanos . Nunca se puede instrumentalizar al ser
humano. La ciencia y la técnica requieren la ética para no degradar sino
promover la dignidad humana .
Hay, sin embargo, otras alternativas
moralmente lícitas, como la utilización de células madre procedentes de
organismos adultos para lograr los mismos fines que se pretenden alcanzar con
las células madres embrionarias. Esta es la vía más razonable y humana que se ha
de seguir para un verdadero progreso en este nuevo campo que se abre a la
investigación y que ofrece una gran esperanza para muchas personas enfermas.
Por todo ello, queremos concluir
mostrando nuestro apoyo al progreso científico y la investigación que ayuden a
mejorar las condiciones de vida del ser humano; y congratularnos por los
múltiples avances de las ciencias biomédicas en las últimas décadas, que han
permitido logros significativos en la lucha contra la enfermedad y han hecho
posible un notable incremento de la esperanza de vida y mejor calidad de la
misma para una parte importante de la humanidad.
Asimismo, pedimos a las autoridades que
encaucen los recursos públicos hacia campos de investigación que respeten de
modo pleno la inviolable dignidad que corresponde a toda persona, desde el
momento de su concepción hasta el de su muerte natural. La investigación
científica (como la economía, la política, etc.) debe dejarse orientar por la
ética para que sirva verdaderamente al hombre, que nunca debe ser utilizado como
un objeto, sino que siempre ha de ser reconocido y tratado conforme a su
dignidad.
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Sobre las razones de la inmoralidad de
la reproducción «in vitro», cf. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE,
Instrucción Donum vitae sobre el respeto de la dignidad humana naciente y la
dignidad de la procreación, 22-02-1987.
JUAN PABLO II,
Discurso, 13-06-2002.
JUAN PABLO II, Carta encíclica
Evangelium Vitae, n. 60.
Cf. ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA,
Declaración sobre la producción y el uso científico y terapéutico de las células
estaminales embrionarias humanas, 25-07-2000.
Vid. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA,
Instrucción pastoral, La familia, santuario de la vida y esperanza de la
sociedad, 27-06-2001: capítulo 3, sobre el "Evangelio de la vida", nn.
100-132.